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Un buen ejemplar de verdel.
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El Cabo Peñas. |
...pues como iba diciendo, me encontraba entre los islotes que sobresalen frente al cabo. Es una zona donde casi siempre he obtenido capturas, pues los canales que se forman entre dichos islotes, presentan corrientes, que aportan un flujo de alimento para los peces...
Tras dar una primera pasada infructuosa, a la segunda la caña se arquea, y el resultado obtenido, son dos verdeles, de los cuales uno se logra escapar, cosa que tampoco me preocupa mucho.
Prosigo navegando por la zona, y ahora la caña se arque a bruscamente...¿¿Un sierra?? ¿Los habré encontrado por fin...? La pieza me da una buena pelea, tirando como un condenado, lo cual unido al vaivén de las olas, hace más entretenida la puja... poco a poco voy recuperando linea, hasta que finalmente distingo un lomo plateado de una pieza de buen tamaño, pero que para mi sorpresa no era un Sierra, sino un verdel XL, que dio bastante guerra...
Alguna captura más, y como aún es muy muy temprano, decido cambiar de zona, y dedicarme a recorrer un poco más de cerca el cabo.
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Al fondo el Sol ilumina la isla Erbosa. |
Hacia ya tiempo que no me acercaba tanto a las paredes del cabo, no lo suelo hacer desde que pesco, para evitar enroques, pues los afloramientos rocosos y los bajos, son una constante, que podrían hacerme perder el aparejo.
La base del cabo Peñas, está salpicada de multitud de calitas de cantos rodados de tamaño medio a pequeño, y en días con buena mar, es factible el desembarco, si bien con un kayak de plástico todo se hace más cómodo, pues no pasa nada si le damos un toque al kayak al llegar a la orilla, pese a la lentitud que me transmite mi Ysak (comparado con mi Aqua de Qajaq, o con la Goltzian Fiji de mi hermano)
Aunque no me quejo, pues cuando adquirí este kayak, sabía que sería más lento y pesado, pero me proporciona una estabilidad extra para pescar, y despreocupación total en los embarcos y desembarcos como el de la rampa de Llumeres.
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Afloramientos al pie de los acantilados |
Volviendo al paisaje que me rodea, es impresionante, una pena la brumilla en el cielo, que hace que la cámara no capte la realidad en todo su explendor. Impresiona ver las paredes del cabo caer a plomo sobre el mar. Uno se siente insignificante frente a ellas, pero al mismo tiempo soy parte viva de este magnífico escenario que recorro a golpe de pala.
(Continuara...)
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Calitas
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