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A la izquierda la ola rebota contra la aguja, de frente las cuevas .
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Vista de la aguja desde el extremo occidental del Arco.
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Sigamos conociendo un poquito mejor, esa joya de la costa asturiana que es el cabo Peñas.
A lo largo de los acantilados que conforman este imponente entrante de tierra en el Cantábrico, tenemos en su parte occidental, amén de pequeñas calas de guijarros, este arco rocoso acompañado de una pequeña aguja según la orientación desde donde la miremos.
El arco se encuentra situado en un enorme bloque o islote, como queramos llamarlo, que apenas está separado del resto del cabo, por unos escasos 3 mts, si bien un caos de pequeños bloques lo unen al mismo, haciendo imposible circunnavegarlo, salvo que nos adentremos por este pequeño arco.
A la hora de realizar la aproximación, debemos de tener mucho cuidado con el oleaje, y tomarnos nuestro tiempo, para estudiar detenidamente la cadencia del mismo, y sus efectos. Analizar cada roca que queda al descubierto tras el paso de la ola, donde se forman corrientes y contracorrientes, las olas de rebote dificultan la navegcación por estos lugares, pues sus efectos se unen a los de la ola entrante, formando un patrón dificilmente predecible...
Hay que tener en cuenta factores como la altura del oleaje, la orientación del mismo, si hay presencia de viento y mar de viento si se diera el caso, hora de la marea, etc...
Como recomendación, llevar puesto un casco, y aunque en mi caso pasé con la caña extendida, a ser posible hay que recoger los aparejos, pues nos reducen la capacidad de maniobra.
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El paso se realiza por la izquierda de la aguja, por la derecha la foto engaña, pues hay muchos escollos.
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Una vez analizados los posibles riesgos y peligros, debemos de buscar las zonas seguras, y las vías de escape en caso de que hicieramos mal los cálculos...si estos no existieran, lo recomendable es dejarlo para otra ocasión o lugar. Por supuesto, si vamos en grupo, debemos tomarlo con calma, pues es posible que dos kayaks juntos no puedan pasar, y el tiempo transcurrido entre series no permita un paso espaciado en cuyo caso, alguno de los kayaks, podría encontrarse con una desagradable sorpresa...
En esta ocasión, porla posición en la que se encontraba el paso, era complicado observar la llegada de los trenes de olas, por lo que tuve que esperar un buen rato para afrontar el paso. Así mismo, el oleaje de rebote prolongaba el tiempo durante el cual la zona estaba "caliente" reduciendose por tanto el periodo de calma "total".
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Aunque parezca posible pasar a la derecha del islote, no es así.
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