Nervioso como un niño, me dirigí a SEUR a recoger mi Solaris de Goltziana, y tras desempaquetarla, realicé mi primera travesía por la costa de mi vida, la costa asturiana.
Como prueba, una corta y sencilla travesía partiendo desde el bonito pueblo de Luanco, que en estas fechas veraniegas es un hervidero de gente, paseando por sus calles o tomando el Sol en su playa.
Impaciente por seguir descubriendo, la costa de mi tierra, me dirigí a la playa de Santa María del Mar, para adentrarme en los acantilados del Cabo Vidrias, de imponente altura y en la más absoluta soledad.
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