La Canoa de Punta, el tradicional medio de transporte entre Huelva y Punta Umbría.
Este pequeño recorrido, lo realicé estas pasadas navidades. Y como le gusta a Pepin muchas horas para pocos Km, todo ello por deleitarme en cada rincón de la marismas.
En el interior de la ría, podemos encontrar viejas embarcaciones.
Partí de Punta umbría y me fuí adentrando por los canales de la ría, hasta que decidí salirme de los canales principales, y entrar por los cientos de canalillos, que como una red de vasos sanguineos, se adentra por las entrañas de la marisma.
A lo largo del recorrido, pude observar multitud de aves, cigüeñas, flamencos, garzas, anátidas, son algunas de la gran variedad que conviven en las marismas.
Según avanzaba por el laberinto, los canales, se iban estrechando, hasta llegar en algunos puntos a tener un escaso metro de anchura...
A lo largo de estos canales, la vegetación atenua cualquier movimiento del agua, por lo que uno tiene la sensación de palear sobre un espejo.
Un lugar idílico, lleno de paz y tranquilidad, aunque esconde sus peligros, pues encontrar la salida, puede tornarse una labor desesperante cuando el tiempo apremia, y la luz escasea...pero el mayor peligro es que la bajamar nos atrape, y veamos nuestra embarcación atrapada en su fango y a merced de los mosquitos.
Observatorio, junto a unos de los canales principales.
En ocasiones uno es capaz de ver el canal principal, pero llegar a él se torna una odisea, pues los muros de la vegetación, son casi impenetrables, bajar del kayak en medio del agua, y tratar de encaramarse a lo alto de los arbustos sobre una base de agua y fango, debe de ser una experiencia desaconsejable...
Mi consejo: estar bién pendientes de los horarios de las mareas, y tener suficientes horas de luz.
Los pinares de Punta Umbría.
De regreso al puerto de Punta Umbría.
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