Bueno, todo se acaba, y aquí pongo fin a mis salidas en kayak durante las pasadas fiestas navideñas. Ya llevo más de un mes a cientos de kilómetros del mar, y no puedo dejar de pensar en hacer una escapada con el kayak...
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La niebla se va disipando...
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la mañana era fría, y la niebla hacia acto de presencia, por ello me tome mi tiempo a la hora de cambiarme y preparar el equipo...por suerte una vez llegue a la orilla de la ría, la niebla era poco espesa, y la visibilidad aceptable.
Embarco sabiendo que en varias semanas o meses no voy a volver a probar la sal en mis labios, por lo que ante todo pienso disfrutar la sesión, y aunque el tiempo del que disponía era escaso, lo importante era vivir cada instante, cada palada y si la suerte acompañaba y se producía alguna picada, lucharla con pasión.
La quietud de la ría junto con la luz tamizada, me producen un efecto embriagador, tal es para mi el sentir al navegar sobre un kayak en el mar. Por unos minutos u horas, me desconecto de lo cotidiano, de la vida en sociedad y paso a sentirme en la más absoluta soledad, pero entendiendo esta como sinónimo de paz y tranquilidad de comunión de uno con si mismo y con el mar que le rodea. Un moemnto de disfrute y reflexión interna.
No es que no me guste navegar acompañado, todo lo contrario, pero encuentro que en solitario interiorizo con mayor intensidad todas mis vivencias, soy más consciente del entorno en el que me desenvuelvo, y con el que interactuo. Es una libertad absoluta.
Bueno, perdonad que me deje llevar por estas reflexiones, fruto de esta separación del que considero mi medio, mi lugar...
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Lacha enganchada al vinilo del la rapala.
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Con los primeros rayos del sol, doy mis primeras paladas junto a los muelles deportivos, y no se hará esperar la primera picada. A la altura del comienzo del espigón, noto un fuerte tirón en la caña, y comienzo a recoger linea. La pieza me ofrece resistencia y esta me resulta familiar, como algunos supondréis, se trataba de una buena lacha, que pese a no ser apreciadas culinariamente por la multitud de espinas que poseen, si que son unos peces deportivos, que para su tamaño dan batalla hasta el último momento.
Tras la foto de rigor y desanzuelarla, al agua que vuelve.
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Foto y al agua. |
Prosigo paleando por la ría en dirección al mar, y la segunda picada no se va a hacer esperar. Al igual que la primera, obtengo una nueva lacha, aunque esta de menor porte. Por supuesto al agua que fue de nuevo.
Dos picadas, dos lachas, no se presenta mal la mañana, para el poquísimo tiempo del que dispongo, puedo volver a casa con el recuerdo de estos dos momentos de tira y afloja.
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Pero la ría me tenía reservada una sorpresa, pues tras palear próximo a los bancos de arena que se forman en el centro de la ría, la linea se tensa y la caña arquea mi tronco sobre la cubierta del kayak. Mi primera idea es que puedo haber enganchado el señuelo en el fondo, pero en cuanto sujeto la caña y veo que puedo ir recuperando linea, se que hay vida tras la linea...una fuerte resistencia pero continua, sin acelerones, puede que sea una lubina, pues al menos en mi caso ese ha sido siempre su patrón de lucha al curri.
Tras varios metros de recogida, ya veo una cabeza luchando en la superficie, ¡Lubina! Ahora está a pocos metros, y su lucha se intensifica, pero la pieza ya esta desgastada por el esfuerzo, y pronto se encuentra en la cubierta de mi kayak.
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Lubina quilera: foto y al agua. |
¡Una lubina quilera! Una mirada a sus ojos, y decido liberar la pieza. ¿Por qué? Pues porque así me lo pedía el cuerpo. No Voy a hacer ningún juicio de valor, y que hoy suelte un ejemplar no significa que ese vaya a ser mi patrón de comportamiento.
Me basta con sentirme bien.
En ese momento, decido que la jornada se ha acabado, y pongo rumbo al embarcadero.
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La ría. |
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Punta Umbría y su ría. |
Video pesca en Punta Umbría
Pesca en Kayak Punta Umbría from
Anakinkayak on
Vimeo.
hay momentos que te pide el cuerpo dejar vivir al pez, ese es el espíritu de los pescadores deportivos, a veces estamos deseando capturas y cuando las conseguimos las soltamos
ResponderEliminarenhorabuena!!!
Pues si Cristian, es algo que desde luego en casa no llegan a comprender nunca.
ResponderEliminar¿Qué tal con la sonda?
Un abrazo!
Precioso video, bonitas lachas indultadas, lo de la lubina, yo hago lo mismo, he indultado espetones de kilo y medio por lástima, lo mismo que jureles y jurelas, me sentía más feliz soltandolas de nuevo que llevándomelas a casa, así como muchísimas veces he estado rodeado de grandes bancos de espetones y solo he cogido uno y me voy a otra zona, los dejo en paz y no los molesto, ni siquiera para hacer pesca y suelta.
ResponderEliminarUn saludo y hasta otra.
Aquí ando esperando a ver que pescais...jejeje
ResponderEliminarPor Madrid poco se puede hacer!!
Hola Jorge.
ResponderEliminarQue tal lo llevas,leo que andas de secano compañero,eso no es nada,aqui andamos los demas mirando los partes y desesperandonos,madre mia que monazo tengo,esto ya es enfermizo,sabes lo que quiero decir.
Menos mal que por lo menos veo tus videos y me relajo un poco jejejejejeee.
Un Fuertisimo Abrazo y bonitas capturas y sueltas,hasta pronto.