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jueves, 19 de enero de 2012

Lubina en Punta Umbría.

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24 de diciembre de 2011. Tras el viaje y la celebración del cumpleaños de mi hermano el día anterior, me levanto con muchas ganas...llevo tiempo sin navegar por el mar y la espera se me hace eterna. La mañana se levanta fresca, pero por contra el mar está totalmente tranquilo, y el viento no hace acto de presencia. Como previamente me fui a correr por la playa, no tengo mucho tiempo de paleo, solo el justo para entrar en contacto con los mares del sur.

A diferencia de otras ocasiones, hoy llevo conmigo el aparejo de pesca que me preparé en el curso de guía con las indicaciones de nuestro profe Jandro. Ni idea de eso de pescar, y además a mi como que no me entusiasman los frutos del mar...

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(Aguas navegables)

Bueno, empiezo a palear dejando atrás las boyas de balizamiento del canal de navegación de entrada a la ría de Punta Umbría. Continuamente cambia debido a la deposición sobre la misma de las avenidas de los rios Tinto y Odiel, y la acción de los temporales, haciendo que los bancos se muevan constantemente, dificultando la navegación de las embarcaciones.

Una vez que llego a la boya de aguas navegables ( Roja y blanca ) me doy la vuelta, y suelto el aparejo...ya digo que ni idea de pescar!!
Me acerco al espigón de Punta, y aprovecho que extrañamente no hay pescadores, para sacarle unas fotos bien de cerca. Guardo la cámara y tomo la pala para seguir paleando de regreso a casa...en ese instante me doy cuenta que el señuelo ha debido de engancharse en alguna roca, ¡¡ Tonto de mi por acercarme tanto!!, con cuidado trato de recoger el sedal poco a poco hasta que noto que cede...
¡ Ha debido soltarse ! (Pienso) pero al rato otra vez lo noto tirante...¿Qué le pasa...?
No sin algo de esfuerzo (no demasiado) voy recogiendo el sedal, hasta que al llegar al final del mismo veo un pez de unos 40 cm enganchado al mismo.
¿Y esto...?
La verdad es que fueron unos momentos muy extraños, pues no me esperaba sacar algo del agua...
Saque al pececillo del agua y lo coloque sobre la cubierta del kayak. Debido a mi inexperiencia, a la pena que me daba, y a la falta de todo...el animal acabó soltándose y regresando al agua, cosa que me dejó perplejo pero contento.
Eso si al llegar a casa y ver que había dejado escapar una lubina de unos 2 kg...

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(Espigón de Punta Umbria, señalizando paso por el S )

Video:

3 comentarios:

  1. Jorge....una lubina salvaje de dos kilitos? y la dejastes escapar? Yo creo que la habria invitado a cenar conmigo, claro, sin decirle que ella era la cena!!!

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  2. Si es que soy un gañán!!!!! Ni idea tenía de que hacer con ella.
    ¡¡ Eso si, al día siguiente fui armado hasta los dientes pero ni media !!

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  3. Si ya lo dice el refrán: Dios da pan a quien no tiene dientes jajajaja

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