El sábado pasado, nos reunimos unos cuantos piraguistas del grupo de aguas bravas, con la excusa todo de pasar un rato juntos, puesto que por la zona centro los ríos aún no levan la suficiente agua...(Aunque parece ser que algo si que había...)
Nos juntamos Lupe, Miguel, Luis, Kike, Juanma y yo...alguno no pudo venir por diversos motivos, pero claman al cielo las excusas de Jose Carlos...jejeje!
La idea era comenzar a subir el puerto con nuestros coches al anochecer, y de esa forma evitar la masificación que cada fin se semana se produce en la sierra madrileña.
Los 5 fantásticos!!
Yo también estaba...jejeje
El que no haya sufrido lo que es vivir en Madrid y sus alrededores, no se puede llegar a imaginar de lo que estoy hablando...Vamos en dos coches, y desde el pueblo de Villalba junto a la A6, hasta el mismisimo puerto de Cotos, se había formado una caravana de coches de más de ¡¡¡30 km de longitud!!! ¡¡Increible!! Según subiamos el puerto veíamos más y más coches parados en la carretera en su intento de llegar a casa...(A los dos días me enteré que hubo quien tardo más de 4 horas en llegar a su casa...3 horas más de o habitual)
Como podéis imaginar, así es imposible disfrutar de la tranquilidad...Por suerte, nosotros íbamos contra corriente, y al llegar a Cotos, pudimos aparcar sin problemas, junto a otros montañeros.
Serían las 8 de la tarde, y el frío y el fuerte viento, hacían presagiar una dura noche, pero por suerte, al poco de comenzar a caminar, el viento fue amainando hasta ser casi imperceptible.
La luna que había asomado temerosa tras unas nubes altas, poco a poco fue tomando protagonismo para finalmente lucir en toda su plenitud, en una noche estrellada.
La subida la realizamos sin necesidad de los frontales, pues el la luz reflejada por la luna en la nieve, daban al ambiente una luminosidad mágica. Una verdadera pena que nuestras cámaras no fueran capaces de captar dicha luz, por su poca sensibilidad. Por ello tuvimos que echar mano de los frontales para poder sacar alguna toma. (las reflex las dejamos en el maletero, pensando que el fuerte viento nos quitaría las ganas de realizar alguna toma de larga exposición).
Al fondo en la penumbra el pico de Dos Hermanas.
Miguel y Kike.
la subida fue muy muy amena, no paramos de hablar. (Luisito refunfuñaba) La nieve estaba bastante dura, por lo que en un principio, no necesitamos las raquetas, pero según avanzaba la noche, la bajada de temperaturas hizo que la nieve se fuera transformando, y la capa superficial se helara, de modo que optamos por ponérnoslas ya que gracias a sus puntas, evitaríamos los resbalones.
Llegamos a la altura de la laguna, que se encontraba helada, nos tomamos un tentenpie, unasfotos y para abajo.
la bajada la hicimos tranquilamente, con una parada para tomarnos casi al final unos croisants con chocolate calentito que llevaba en un termo.
Un lujo de noche, que por desgracia no se puede reflejar en el video...
Por cierto la Gopro 2 para tomas con poca luz, es un verdadero desastre, mucho grano y apenas algún fotograma se salva...el resto está tomado con una compacta normalita, que dió mucho mejor resultado.
Esta mañana embarco coincidiendo con la salida del Sol y desde la ría pongo rumbo al espigón, para dirigirme hacia las playas.
Nuevamente me dispongo a navegar al límite de la zona de rompientes para curricanear un poquito.
Al poco tiempo ya tengo una picada...me adentro en el ar para salvar las rompientes mientras recupero linea, y la pieza no podía ser otra que una lacha (Y van...!)
Seguidamente doy un par de pasadas, sin ningún resultado, por lo que cambio zona y me dirijo como en alguna otra ocasión a la entrada de la ría, a ver si con el comienzo de la bajamar, obtengo alguna captura en la zona de confluencia de las olas procedentes del mar, y la corriente vaciante. Ciertamente como podréis ver en el video, es un lugar donde con grandes coeficientes y olas, es imposible navegar, pues en bajamar hay zonas que quedan a descubierto, o sondan escasos 30 cm, por lo que las rompiente son brutales. En esos casos los pesqueros suelen salir al mar, adentrándose en los caños de la ría y saliendo por la ría de Huelva cuyo calado es mayor.
Tras dar unas pasadas, la caña se arquea y entre olas de rebote que se producen saco una pequeña baila, que vino prendida de uno de los pulpitos. Un precioso pez, al cual rápidamente libero.
Prosigo dando pasadas por la zona, superando las rompientes a la ida, y surfeándolas a la vuelta...como ya comenté no tiene nada que ver surfear una ola libre de aparejos, a llevarlos en acción de pesca,. pues lo señuelos condicionan mucho nuestra direccionabilidad, amen del cuidado que debemos de tener con el equipo para evitar remojones o inmersiones, las cuales pueden producirse si nos movemos en esta zona.
Baila
A lo largo del resto de la jornada, tuve alguna picada más que dio como resultado unas lachas que fueron devueltas al agua.
En el video, se puede apreciar como mientras estoy recuperando linea, me veo obligado a dejar la caña y volver a palear para evitar que la corriente vaciante me lleve irremisiblemente hacia las rompientes, por lo que debo alejarme para poder tener espacio a la hora de trabajar la pieza y desanzuelarla.
Finalmente acabo la jornada, y mientras me marcho hacia el embarcadero, aún obtengo una nueva picada de otra lacha...
2 de enero de 2013. ( Volvemos con los relatos navideños atrasados...)
Lacha pillada con un pulpito.
Espigón de Punta Umbría.
Para variar un poco, después de tantos y tantos amaneceres, una salida cortita cerca de casa para disfrutar de las bellas puestas de sol onubenses, y de paso probar fortuna...
Como ya os he dicho, disponía de poco tiempo, y mi intención era salir a la altura del espigón y poco más, lo suficiente para palear un rato y tentar alguna pieza...
Embarco en la ría y comienzo mi paleo hacia el exterior de la misma. Calma absoluta, las embarcaciones se encuentran amarradas y fondeadas, en las orillas algunos pescadores hacen trabajar sus cañas. Es una hora mágica la que precede al crepúsculo, las lisas están comiendo en la superficie amontonadas, y solo al silencioso deslizar del kayak junto a ellas, se dan cuenta de mi presencia y con un vigoroso aletear se alejan.
Ocaso.
Pronto obtengo una picada, podría ser una baila, podría ser una lubina, podrían ser algas...pero que otra cosa podía ser sino una ¡¡Lacha!! jejeje , la jornada empezaba animada, y tras liberarla me voy acercando al espigón, el Sol cada vez más bajo va tornando el cielo naranja y las aguas van tomando matices negros y dorados...Varias pasadas por el exterior de la punta del espigón, y obtengo una nueva picada...¿Qué será? De poco porte, eso es lo único seguro, tras algo de lucha al principio, la pieza se deja llevar....¡Esto me huele mal! ¡Y tan mal, una Araña!
Mira que me llamaba la atención que en todas las vacaciones, no habían aparecido, suponía que con la bajada de las temperaturas se habían ido hacia aguas más profundas, pues en verano es habitual pescarlas con mis señuelos de profundidad...Pues esta no debía de haberse enterado, y se vino conmigo...
Normalmente las arañas, me las llevo a casa, pero esta era pequeña así que con mucho mucho mimo y cuidado, tras desanzuelarla la deje con suavidad en el agua...
Las puestas de Sol son espectaculares.
Araña (Preciosa su librea azul luminiscente)
El Sol estaba ya sobre el horizonte, y las tonalidades se volvían moradas, violaceas y azules...era hora de regresar tranquilamente. Pasando por la zona "caliente" donde en días anteriores había obtenido algún róbalo, subitamente la caña se me arquea completamente...¡No me lo creo! Estoy casi a oscuras y algo me ha frenado el avance...la recuperación es costosa, y la resistencia es constante...me voy dando cuanta que no hay tirones, puede que sea una lubina que venga prendida por la boca, en esos casos normalmente no suelen dar pelea...¡Pero no! Mala suerte, solo se trataba de los restos de la señalización de unas redes.
El espigón se tiñe al anochecer.
Sigo paleando y al llegar a la zona de el club naútico, algo golpea el casco de mi kayak ¿...? No he visto nada flotando, por lo que supongo que debe de tratarse de una boya a medias aguas...pero al momento se vuelve a repetir el golpe..y otro, y otro más, y ahora los golpes los doy yo al introducir la pala en el agua...¡¡Las lisas!! Están tan agrupadas junto a los pantalanes, que a mi paso las golpeo con la pala y con el kayak. estando totalmente a oscuras salvo por las luces del nucleo urbano y de mi frontal, las experiencia resulta curiosa y sorpresiva...pienso "Lo mismo obtengo alguna robada" pero no, debe ser que les resulta más fácil esquivar mi señuelo que mi kayak...jejeje
Mientras escribo estas lineas, me viene el recuerdo de las sensaciones que tuve paleando durante el ocaso...una sensación de plenitud y libertad. Añoro esos momentos y mi consuelo es dejar volar la imaginación pensando en futuras salidas más adelante...
Aunque aún me queda material de estas pasadas navidades en las costas onubenses, voy a tratar de actualizar un poco las entradas, y de este modo cambiamos de tercio.
Dámaso y su Ysak.
El sábado pasado, llamé a mi amigo Dámaso para quedar la mañana del domingo, y palear por el embalse madrileño de Picadas. De paso echaría un vistazo a uno de sus kayaks, que tiene en venta: un Ysak de rotomod.
Me acosté tarde, pasadas las 2 de la madrugada, pero me costó coger el sueño, porque el viento que se levantó, era ¡Impresionante! ¡Madre mía que vendaval! O la cosa mejoraba o ibamos a tener que abortar la salida.
Por suerte a la mañana siguiente, el día amaneció bastante más calmado, aunque algo frio.
Cargué el kayak, y puse dirección al embalse, al cual accedimos por la pared de la presa cercana a la Aldea del Fresno.
Pequeña cascada formada tras las lluvias de estos días.
Una vez allí, tras intercambiar saludos, nos cambiamos, y nos dispusimos a palear. En esta ocasión no me llevé las cañas, pues no era esa la intención del día. Aunque no pude evitar echar un vistazo a las orillas, cada vez que veía algún pescador con su caña, aunque todos los que observé estaban pescando a corcho.
Durante el trayecto nos cruzamos con otro compañero sobre kayak, y parte del equipo nacional de pista, que entrenan habitualmente en las instalaciones que tiene la federación española de piragüismo en dicho pantano. Es una gozada ver como deslizan sin apenas esfuerzo esos kayaks...
Cerca de la cola del pantano.
El invierno es mi época favorita para ir con el kayak a Picadas, pues apenas si encontraremos gente en sus alrededores: algunos pescadores, aficionados a la mountain bike, y algún que otro piraguista. Pero todo lejos del bullicio veraniego. Además las lluvias han hecho rebrotar la hierba, y han vuelto a dar vida al musgo que recubre las rocas, por lo que el verdor es predominante.
Los pinares son abundantes.
Este es un pantano de aproximadamente unos 8 km de longitud, de cauce estrecho y que presenta la particularidad de mantener su caudal constante, incluso en épocas de escasez de lluvias, como esta en la que nos encontramos por el centro peninsular. Lo cual hace que sea navegable durante todo el año.
El embalse está situado en una zona de monte entre lomas, la vegetación arbórea es abundante, destacando los pinares y las encinas, y entre la arbustiva, tenemos abundantes enebros. Es una zona de alto valor ecológico, pues en sus inmediaciones, se encuentran importantes colonias, de buitre leonado, negro e incluso agüilas imperiales, existe la polémica por la posible presencia de algún ejemplar de lince ibérico y el desdoblamiento de la carretera de los pantanos, aunque hace ya muchos años que no se tienen avistamiento de alguno de ellos.
Lo malo respecto a la pesca es que está sometido a mucha presión, por la gran afluencia de pescadores, lo que hace que los basses, sean muy desconfiados y se conozcan al dedillo los señuelos con los que pescamos, por lo que si queremos obtener capturas, hay que sorprenderlos día tras día.
Pues la jornada transcurrió tranquilamente, realizando 14 km de suave paleo, y charlando todo lo que quisimos y más.
El musgo tapiza las rocas.
Antes de terminar, desear a mi amigo lo mejor para ese nuevo proyecto en su vida, que le va a llevar a tierras lejanas, con toda la ilusión del mundo. ¡Mucha suerte en ese camino que vas a comenzar a recorrer!
Por un año, no sigo la tradición de levantarme temprano el día de año nuevo, para salir con el kayak. Normalmente lo solía hacer entre otros motivos porque aprovechando el resacón de la fiesta, no me encontraba absolutamente a nadie en el agua, con lo que la paz y tranquilidad eran absolutas...pero en esta ocasión las previsiones meteorológicas no eran nada halagüeñas, cosa que pude comprobar de madrugada...viento fuerte y lluvia me hicieron permanecer en la cama.
Horas más tarde, la cosa fue mejorando, aunque los habituales días despejados de la costa onubense, se veían empañados por numerosas nubes, si bien por momentos, el Sol asoma con fuerza para alegrar el espíritu y reconfortar el cuerpo.
Tranquilidad absoluta en la ría de Punta Umbría.
La primera picada no tardó en acontecer, justo a la altura de los pantalanes de el Real Club Nautico, tuve la primera picada a uno de los dos pulpitos que llevaba en el aparejo junto al yokozuna gitana...¿Qué iba a ser sino una lacha? ¡¡Lacha-man, me voy a tener que llamar a este paso!! Tras desanzuelarla, debió de leerme las intenciones, porque no me dió ni tiempo a soltarla, ella solita se fue por donde vino...
Ya un poco mas cerca del espigón obtengo una picada de un robalillo del que no tengo imagen alguna y al cual a ojo le calcularía unos 400 gramillos ¡Chiquitín a crecer!
Pesquero fondeado en la ría.
Continué paleando hasta sobrepasar el espigón, y dirigirme hacia las playas de Punta. Me dirigí hacia las olas rompientes en busca de bailas y lubinas, aunque no las encontré.
Aún se me hace raro enfrentarme a las olas llevando detrás las cañas, por un lado la tentación me dice:
"¡Juega con ellas!" pero la razón me avisa: "¡Ojo con los carretes!" Jugar con las olas y llevar las cañas, no es muy recomendable para la durabilidad de los mismos, aparte que la maniobrabilidad del kayak se ve muy mermada por la acción de los señuelos, en especial cuando son de babero grande.
Ya se acercaba la hora de irme a comer (En mi casa es apartir de las 16:00 h) así que me dirigí nuevamente a la ría.
Ya estaba avanzada la bajamar, y los que sois de la zona sabeis que en la desembocadura hay zonas donde existen bancos de arena que llegan a quedarse en seco y las olas rompientes son frecuentes...pues allí me puse a jugar, entrando y saliendo a través de las olas. Es una zona complicada según la hora de la marea, pues como digo, se forman rompientes, y la confluencia entre la corriente vaciante y el oleaje da como resultado una zona "complicada" con olas de "rebote" pero es un excelente lugar para buscar a la reina de la rompiente...¡¡Y vaya si la encontré!!
Según voy saliendo de la ría con la corriente a mi favor, noto un tremendo tirón en la caña, paleo fuerte para salir de la zona expuesta y me dispongo a recoger, pero la pieza se ha soltado...
Animado por esta picada, vuelvo a adentrarme en la ría, y nuevamente a la que salgo, tras atravesar el oleaje, obtengo una nueva picada...
Voy recogiendo con presteza y al otro lado de la linea diviso una cabeza con la boca abierta, ¡¡Una Loba de kilo!! que viene prendida del pequeño vinilo que va unido al "Gitana".
Lubina quilera en la ría.
Como aún me queda tiempo, me doy una nueva pasada, y aunque no se vea en el video, pues no estaba grabando, me acerco demasiado a una zona de poca profundidad, y ¿Una gran ola rompe sobre mi! ¡Apoyo lateralmente y surfeo la ola! Cuando la espuma pasa y recobro la verticalidad tengo la caña y el salabardo hundidos en el agua ¡¡Mi...a pa mi!! Recupero todo el material (Que por suerte siempre llevo atado) y al recuperar la caña, noto tensión en la linea...empiezo a recuperar, pero pronto tengo que ponerme a palear ría adentro, pues la corriente vaciante me dirige nuevamente hacia las rompientes, y no tengo ganas de volver a exponer el equipo al agua. Unas paladas para alejarme y tener espacio para recobrar la pieza...a tiempo antes de volver a llegar a la rompiente, saco del agua una nueva lacha que pongo en libertad.
El único pero a la hora de grabar estos días, es que debido a la excesiva humedad, el objetivo de la gopro se me empañó en más de una ocasión...probé a meter en la carcasa unos granos de arroz, y pese a que el problema no se solucionó, si que se redujo. Un verdadero fastidio que en más de una ocasión estos días me llevó a hacer algo no recomendable, que es abrir la carcasa en medio del agua para evitar la condensación.
Gopro comercializa una especie de esponjillas para evitar este problema, pero son caras y de uso limitado. La solución que he buscado para posteriores salidas es utilizar bolsitas pequeñas de silica-gel...a ver que tal...¿ ?
Doy por finalizado el día y me marcho para casa, buen comienzo de año 2 lubinas, un par de lachas y mi kayak sobre el mar.
¡OS DESEO UN BUEN AÑO A TODOS, TANTO DESDE COSTA, EMBARCACIÓN...O ARTEFACTO FLOTANTE...jejeje! ¡ En el mar , en la montaña o allá donde estéis, que seáis felices!
...continuamos con el relato de la jornada en El Portil.
El Sol sobre el mar.
Momentos de soledad para reflexionar y relajarnos.
Tras la captura de la caballita, y con el ocaso del Sol, me dirijo hacia la Punta de la Flecha, para de allí dirigirme hacia el Portil. A la altura del extremo de la Punta, la corriente vaciante de la ría del Piedras, forma una serie de remolinos y olas juguetonas. Hay que andarse con algo de ojo, porque un despiste puede traducirse en un inesperado vuelco. El caso es que atravesando la zona de bajos y oleaje, aún tuve una nueva picada, aunque en este caso se trataba de una lacha. (Ya casi me había olvidado de mis "amigas", raro era que no aparecieran...pal agua de nuevo) Conforme recuperaba linea, la corriente me iba desplazando hacia el oleaje, de modo que en algún momento la situación se volvía algo incómoda.
Finalmente superada la zona de confluencia de corrientes, con el empuje de la corriente, desembarco en la playa de El Portil, nadie, absolutamente nadie a mi alrededor. La sensación de paz y tranquilidad es tremenda, un verdadero lujo que en determinadas zonas, solo podemos tener en estos frios meses.
Por cierto como comentario respecto al nuevo soporte para la cámara, comentar que hizo su cometido a la perfección, como podeis ver el plano de grabación es lo suficientemente alto para proteger la lente de pequeñas salpicaduras, y abarcar al mismo tiempo un buen campo de visión.
Pero lo mejor es la comodidad con la que puedo pasar de grabar la proa del kayak, a un lateral o dirigir la lente hacia mi. Una mano es suficiente y la cámara se sujeta firmemente
Gaviotas levantando el vuelo al atardecer.
Gaviotas sobre la punta de "La Flecha"
Encuentro de corrientes junto a la Flecha.
Es una pena que tengamos prohibida la navegación nocturna, ciertamente un kayak no es una embarcación muy segura, por eso en zonas menos "expuestas" hay días que me gusta acariciar un poco el manto de la noche.
La experiencia desde luego que es tremendamente enriquecedora para los sentidos, solo teneis que fijaros en como el amarillo deja paso al naranja, este a los tonos rojizos, tornandose el cielo rosa violáceo, para luego dejar paso a un azul cada vez más oscuro...Son momentos de tranquilidad absoluta:
Tú, La Mar, y el sonido del viento, las olas y las gaviotas.
Hoy me tocaba estrenar el nuevo soporte de la GoPro. El día anterior en Matalascañas tuve un bolo tremendo, aunque las imágenes de mi retina compensan el fiasco.
El listón paisajistico estaba alto, así que tomo la decisión de cargar el kayak sobre el coche, y dirigirme nuevamente al Portil, y a la Flecha de la playa de Nueva Umbría, con la esperanza de obtener alguna captura.
Esta vez en lugar de madrugar, me dispongo a disfrutar de la puerta del Sol...¡Y vaya si la disfruté!
El día espléndido: buena temperatura, ausencia de viento y calma, mucha calma...
Tras preparar todo el equipo, cámara montada sobre la cubierta, me dispongo a embarcar. Mis primeras paladas, me dirigen hacia la desembocadura del río Piedras, para de allí dirigirme al exterior de la flecha...voy paleando por la solitaria playa virgen de Nueva Umbría, que se prolonga a lo largo de varios kilómetros, hasta la localidad de La Antilla.
Paleo próximo a la orilla, como a unos 5-10 mts, con una profundidad entorno al metro de agua. A mi derecha voy dejando un gran bando de gaviotas y de ostreros que a mi paso alzan el vuelo desordenadamente. Tras un ratito paleando, comienzo a alejarme de la orilla, cuando de pronto noto un tirón...¡¡Olé!! Algo tira de la linea, y parece de medio porte. Primeramente dispongo el kayak perpendicular al oleaje y me alejo algo de la orilla, para evitar sustos...
Baila
Tras el tira y afloja, que no pude grabar, saco una baila de 850 gr, una bonita pieza que me hace olvidar la jornada del día anterior. Qué sensaciones más indescriptibles sentimos cuando tenemos una picada y nos disponemos a pelear la pieza.
Tras la captura, doy un par de pasadas por si doy con un banco, pero no tengo suerte...
Puesta de Sol desde Nueva Umbría.
La puesta de sol, por momentos me parece cada vez más bella, y me dispongo a acudir a su encuentro: agarro la pala, y con ritmo, me adentro en el mar una distancia considerable, tras lo cual me relajo y observo todo a mi alrrededor. Momentos para la reflexión.
Tras este paréntesis, doy media vuelta, y me dirijo a la costa. A medio camino noto algo de resistencia en la caña, que tras recoger linea, se traduce en una preciosa caballita...
Andaba tiempo ya rondando esta idea, y por fin saqué unos minutos estas navidades para llevarlo a la práctica.
La idea era crear un soporte orientable para la Gopro, y que me facilitará cambiar la toma de la cámara sin tener que andar como hasta la fecha, despegando y recolocando el tripode con ventosa de la marca.
Tengo que decir, que debo agradecer a Fco Ramos-Kurrican , pues al ver como realizaba un cañero orientable, vi que utilizaba una pieza de PVC que nos permite según lo dejemos más o menos apretado, girar el tupo sobre el que se situa nuestra cámara.
http://equiponuba.wordpress.com/2011/08/30/brico-caneros-para-moken-13/
(Gracias por la idea.
En principio mi idea era montar al mismo tiempo un cañero orientable junto con al soporte orientable para la cámara, pero no encontré la pieza que necesitaba para hacer el invento con el mínimo de material, de modo que lo dejo en espera.
Materiales:
- Sierra o cortatubos.
- Papel de lija grano fino.
- Pegamento de PVC.
- Tubo de PVC de 32mm
- Reductor de 42 a 32mm (creo).
- Tapa de 42 mm.
- Pieza móvil.(Enlace de 3 piezas de 90º).
- Pieza roscada.
- Soporte adhesivo para fijar la gopro.
- Base para el cañero (ya realizada anteriormente).
- Gomas para fijar el cañero a las lineas de vida.
Las piezas necesarias. Sobre la tapa se situaría el soporte adhesivo de la Gopro.
Al utilizar la pieza roscada, puedo intercambiar el soporte para la cámara por un cañero en cualquier momento.
La clave del conjunto es la pieza enlace de 3 piezas, que nos permite rotar la cámara en cualquier dirección, y dejarlo fijo, simplemente apretando la pieza.
(recomiendo siempre llevar la cámara atada por lo que pudiera pasar).
La base y el resto de las piezas.
Aquí teneis la base sobre la que coloco el soporte de la cámara y que va sujeto a las lineas de vida del kayak, mediante gomas:
http://oceanosdelibertad.blogspot.com.es/2012/07/brico-canero-y-soporte-gopro-para-kayak.html
A la hora de terminarlo, es importante que veamos a que altura vamos a querer que quede el montaje, pues si lo dejamos demasiado alto, la manipulación de la cámara puede ser complicada, y si es baja, puede que los bartulos que llevemos en cubierta, oculten parte de el campo de visión.
Tras probarlo varios días, el resultado es satisfactorio, la base puede reducirse, si se desea. Lo mejor es que ahora puedo variar la orientación de la cámara con un solo gesto de una de mis manos, ganando con ello en seguridad y rapidez. En los próximos videos, vereis como quedan los resultados.
Por supuesto que todo esto es mejorable, si a alguien le sirve de algo genial, al menos a mi me gusta el funcionamiento.
Un abrazo a todos!!
Por el nombre de playa de Castilla, se conoce al conjunto de playas que discurren entre las localidades onubenses de Mazagón y Matalascañas.(El arenosillo, el Médano del Loro, Torre Higuera, del Difunto...el asperillo, etc)
Para mi gusto, es la playa más hermosa de toda la provincia. Un paraje único y casi salvaje, conservado gracias a que parte de ella es colindante al Coto de Doñana, y hay parte que es zona militar, de hay que los pinares y enebros sigan dominando la zona.
Entre estas dos localidades, existen muy pocos accesos rodados, de hecho hasta pie de playa no podemos por lo general acceder en coche, sino que tendremos que caminar.
Los accesos más conocidos a la misma, aparte de los que parten de los dos municipios nombrados, son el del Parador de Mazagón, la playa de Rompeculos, El camping Doñana y la cuesta Maneli. Para acceder a la playa con nuestro kayak, en época estival yo me decanto por Rompeculos, pues es menos frecuentada que la zona del parador, y el transporte de nuestro kayak hasta la playa es factible con un carrito o a hombros (¡Al loro la cuestecita! 10 min de porteo) En cuesta Maneli con el kayak es complicado, pues deberemos seguir durante 1,5 km un estrecho sendero de maderas.
Y Mazagón y Matalascañas en verano puede ser un infierno para aparcar cerca de la playa.
Paisaje único.
La playa en si es un extenso y continuo arenal ininterrumpido de más de 30 km, con la particularidad de presentar dunas fosilizadas de tonos ocres, y donde se han ido formando pequeños cañones por la acción erosiva del agua y el viento.
La vegetación en la parte superior de las mismas son pinares y enebros, principalmente, que conviven con dunas móviles. Un paraiso y más si tenemos en cuenta que es una playa donde a poco que caminemos o paleemos en nuestro kayak, nos vamos a encontrar en la más absoluta soledad.
En esta ocasión me desplacé hasta Matalascañas, pues al ser invierno, no hay problema alguno para aparcar, y tenemos la playa más cerca del coche amén de que nuestro vehículo no esta "solito".
Me levanté temprano, pero por liarme, no pude embarcar hasta las 8:30, coincidiendo con la salida del Sol. El día para ser el Sur, era frio, la temperatura era de unos 5ºC pero el fuerte viento del Norte hacia que la sensación térmica fuera más baja. Fuerza 4 con rachas de 5 daban las previsiones.
realizo el embarque junto a las ruinas torre de la Higuera. Dicha torre pertenecía al conjunto de torres que en el siglo XVI se construyeron para vigilar la costa de posibles incursiones enemigas. A lo largo de la costa onubense, podemos ver varias de estas torres, un par de ellas en Doñana, otra junto al camping del Loro, y en la confluencia del los rios Tinto y Odiel junto al viaducto, o en el centro de la localidad de Punta Umbría., las cuales con el paso de los siglos y la modificación de el litoral, en algunos casos, han visto como su situación ya no es en primera linea de playa. Esta torre se encuentra tumbada si no recuerdo mal, por el tsunami producido por el terremoto de Lisboa.
Playas de ensueño.
Las gaviotas, la única compañía.
Bueno me dejo de charla, el caso es que embarco y me enfrento a un frio helador y a un fuerte viento, además cerca de la orilla se forma oleaje entorno al metro de altura que rompe en cerrojazos, por lo que decido no desembarcar en el trayecto.
Voy caceando a ratos cerca de la orilla, a ratos algo alejado y a ratos bastante alejado, pero ¡¡ Ni una miserable picada!! No me lo puedo creer, estoy en una de las mejores zonas de Huelva para pescar y no he obtenido ningún resultado, pese a que he probado diferentes muestras...¡Quizás con el día que hacía los peces no andaban por la labor!
Esta zona es muy frecuentada por uno de los mejores referentes nacionales de la pesca en kayak, perteneciente al Equipo Onuba, en concreto hablo de Paco Ramos " Kurrican" a quien no he tenido la oportunidad de conocer, pero gracias a sus artículos en PESKAMA, he aprendido bastante, aunque aún estoy a años luz de considerarme entendido.
El caso es que tras recorrer varios kilómetros doy media vuelta y regreso pues tengo comida con la familia en la cercana aldea del Rocio.
Conforme me acerco a Matalascañas, el viento va bajando su intensidad, y el oleaje decrece, la sensación térmica sube y puedo desembarcar tranquilamente.
Ya al salir charlo con un par de chavales que andan a Surfcasting, y en toda la mañana solo les ha caído un sarguito pequeño.
Yo por lo menos he hecho ejercicio, y me he recorrido una de las costas más bellas por las que he paleado, y donde uno aún puede llegar a sentirse un Robinson Crusoe...¡¡Si el frio me hubiera dejado desembarcar!! Los que echeis un vistazo por el blog, os habreís dado cuenta que me encantan los amaneceres, ciertamente es así, junto con los atardeceres, creo que son unas horas mágicas para nuestros sentidos, si bien por seguridad prefiero navegar esperando un amanecer, pues si algo sale mal, la oscuridad irá perdiendo vida al tiempo que el Sol se levanta.Merece la pena el sacrificio de madrugar y dormir poco, aparte del frío que pasaremos...¡¡Es una recarga total del espíritu!!